Cash F[o]llow 

Uno de los grandes descubrimientos de la vida adulta, es darse cuenta de que el funcionamiento de ella está regulada por una ficción que llamamos dinero. Esa ficción garantiza un marco común de valores, de recompensas y castigos, y también facilita la interacción y el funcionamiento colectivo de grandes grupos humanos. La fantasía colectiva de lo que se denomina la clase media, gobernada por sus aspiraciones y deseos acerca del desarrollo humano, dio cabida a desarrollos tecnológicos y a una reorganización social sólo posible por la imposición de esa ficción a niveles de productividad nunca antes vista en la historia.

Bajo esta premisa me pregunto en la serie CashF[o]llow, ¿qué conflicto genera la confrontación entre una ficción generalizada con una realidad que evidencia su agotamiento y sus limitaciones? La fábrica de cobre de San Luis Potosí en México es un vestigio de una época pasada, una evidencia de aquella mentalidad de los recursos inagotables, de la explotación excesiva, producto de valores heredados desde tiempos de la colonia. Hoy en día esta fábrica obsoleta está siendo convertida en un museo, otro vestigio que pretende guardar la esperanza de dejar para el futuro un archivo, algo más que un edificio vacío.

Hace ya más de un siglo que el cobre se agotó en esta parte del territorio mexicano, pero la ficción colectiva ha subsistido y crecido de manera exponencial desde entonces, hasta el punto en que, si se llegase a imprimir en monedas la cantidad de dinero que en teoría mueve la economía global, la masa de ellas superaría considerablemente la masa total del planeta tierra, un lugar finito e increíblemente más delicado de lo que imaginábamos. En el desarrollo de la serie CashF[o]llow me interesa encontrar la belleza en esa contradicción, en documentar un encuentro entre una figura ficcional y extratemporal con una realidad mucho más lejana para ella. Una realidad que, sin embargo, es para nosotros la realidad de un planeta enfermo.